El
ayuno y la santidad
Se
llama ayuno al acto de abstenerse voluntariamente de todo tipo de comida
y en algunos casos de ingesta de líquidos, por un período de tiempo.
Puede realizarse por diversos
motivos, pero los principales son religiosos, como técnica curativa básica en
la medicina naturista1 2 ó como manifestación pacífica. En este último caso
suele llamárselo huelga de hambre.
Ayuno por razones espirituales y religiosas
ha sido parte de las tradiciones humanas desde la prehistoria. Se menciona en
la Biblia, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, en el
Mahabhárata, en el Upanishad, en el Corán y en el Libro de Mormón.
Dependiendo de la tradición, la
práctica del ayuno puede prohibir actos sexuales (o cualquier deseo sexual),
masturbación. Otra práctica relacionada es la abstinencia, en que se evita
ingerir ciertos grupos alimenticios, como la carne.
Cuando se toma un pequeño
desayuno en uno de los días, se le llama a este parvo o parvedad
Ayuno judío
Para los judíos el Yom Kippur es
el día judío del arrepentimiento, considerado el día más santo y más solemne
del año. Su tema central es la expiación y la reconciliación. La comida, la
bebida, el baño, y las relaciones conyugales están prohibidas. El ayuno
comienza en el ocaso, y termina el anochecer del día siguiente
Día de
expiación
Era día anual de ayuno para los
israelitas:
Ayunaréis.porque en ese día se hará expiación por vosotros para
purificaros".
Además de ese día, los reyes o
profetas podían llamar a un día especial de ayuno.
Levítico, 16, 29-30
Después de la destrucción del
Templo y del exilio en Babilonia se instituyeron al menos cuatro días de ayuno:
el ayuno en el cuarto mes (el día noveno de Tammuz, cuando las murallas de
Jerusalén fueron tomadas por los babilonios); el ayuno del quinto mes (cuando
el Templo fue incendiado del séptimo al décimo día del mes); el ayuno del
séptimo mes (en memoria del asesinato de Guedalías en el año nuevo) Jer 41,
1-2; y el ayuno del décimo mes (el noveno día cuando Jerusalén fue sitiado por
los Babilonios (Zac 8,19).
Ayuno personal
Los salmos invitan frecuentemente
al ayuno personal en ocasiones de dificultad: Salmos 35, 69, 109. Véase también
Daniel 9,3s.; 10,3; Esdras 10,6; Nehemías 1,4.
La práctica del ayuno era
frecuente en el judaísmo del primer siglo y aparece en el Nuevo Testamento,
especialmente con los discípulos de Juan Bautista (Mc 2,18). Jesús ayunaba (Cf
Mt 4) y su advertencia a no manipular esta práctica para atraer atención (Cf Mt
6,17; Lc 18,12) no debe interpretarse como un rechazo. Como los profetas, Jesús
enfatizó la contrición y el arrepentimiento como la esencia del ayuno.
Ayuno islámico
En el islam, el ayuno o sawm (صَوْم [ṣawm])
del mes de ramadán, es el cuarto pilar del islam y una de las características
del islam más conocidas entre los no musulmanes. La palabra ramadán designa,
fuera de la lengua árabe, más el propio ayuno que el mes.
El ayuno se recomienda durante
otros momentos del año, pero durante el ramadán es estrictamente obligatorio
para todo el que pueda realizarlo. Se efectúa durante todos los días del mes
desde la aurora hasta la puesta de sol. Modifica sensiblemente la vida de los
musulmanes mientras dura: se vive más de noche y la gente se junta para
compartir la ruptura del ayuno. Muchos emigrantes musulmanes vuelven a sus
países de origen para ayunar con los suyos, en parte porque consideran que el
ayuno es más duro si se está en un medio no musulmán. También cambia la
alimentación y se preparan alimentos específicos de gran aporte energético.
Tiene seis
condiciones
Estar atento al comienzo del mes siguiendo
las fases de la luna. El mes de ramadán empieza con el noveno cuarto creciente
(هلال hilāl) del año, y hay que procurar verlo
en su primera noche. El mes que precede a ramadán es shaabán. Si la noche del
29 de shaabán es nublada y no se puede saber si ha aparecido o no la luna de
ramadán (y lo relevante es verla), se considera que shaabán cumple su día
número treinta y no se empieza a ayunar hasta el día siguiente, que será
necesariamente primero de ramadán porque ningún mes lunar puede tener más de
treinta días. Quien no haya visto personalmente la luna, pero le confirma su
salida alguien digno de confianza (عدل ‘adl) que haya sido testigo de la aparición del creciente,
está obligado a ayunar al día siguiente. Si la luna se ve en una región y no en
otra que le sea colindante y lo bastante próxima como para tener conocimiento
del hecho, el ayuno es obligatorio en ambas. Si la otra región es lejana, cada
país tiene su propia luna.
La intención (نِيَّة niyya). El musulmán debe hacer un
acto de intención la primera noche que precede al ayuno (cada noche en la
opinión de los más exigentes) para hacer válido el ayuno. La intención consiste
en que tome claramente la decisión de ayunar al día siguiente (o el resto del
mes según los que no exigen una intención diaria) cumpliendo con la obligación
de guardar ramadán. La intención debe ser concreta: no basta con decidir
ayunar, sino cumplir estrictamente con el ritual del ayuno de ramadán.
Abstenerse (إمساك imsāk) de hacer llegar algo a propósito al estómago sabiendo que
se está en ayunas. Ingerir algo, sólido o líquido, anula el ayuno. Como beber y
fumar se dicen igual en árabe, se entiende que la abstención incluye el tabaco.
Si no se hace a propósito o si se hace por olvido, no anulan la validez del
ayuno. Hay que estar pendiente del momento exacto en que comienza el ayuno cada
día para no ingerir nada en la barrera que separa el tiempo de comer y el
tiempo de ayunar, así como al final con la puesta del sol para no romper el
ayuno antes de su momento exacto, pues ello anula su validez.
Abstenerse de mantener relaciones sexuales
(جماع ǧimā‘)
mientras dura el ayuno. El ŷimā‘ se refiere a la penetración, aunque
no haya placer sexual ni eyaculación. Si la relación sexual tiene lugar durante
la noche y se amanece sin haber hecho antes la ablución mayor, el estado de Ŷanāba
(el que deriva de haber mantenido relaciones sexuales) no anula la validez del
ayuno.
Abstenerse de la masturbación (إستمناء istimnā).
Provocar una eyaculación durante el día anula la validez del ayuno.
Abstenerse de provocarse vómitos (إستقاء istiqā).
El vómito no premeditado no anula el ayuno, si bien se debe procurar expulsarlo
bien evitando volver a tragarlo. Tragar las mucosidades que se generen en los
pulmones o en la garganta no anula el ayuno, porque es prácticamente
inevitable.
Están exentos de cumplir con el
ayuno los enfermos y los viajeros que deben cumplirlo cuando puedan
Ayuno Cristiano
Véase también: Ayuno en el
cristianismo.
Debido a que el cristianismo
proviene de forma directa del judaísmo, el ayuno cristiano comparte muchas
características con el ayuno judío.
La característica del ayuno varía
entre las denominaciones, el catolicismo distingue entre "ayuno" (que
involucra tres comidas diarias, en las que sólo una puede incluir carne roja) y
"abstinencia" (ninguna carne roja). El período de ayuno más conocido
es la cuaresma, el cual tiene unos 40 días de duración. En la actualidad, la
Iglesia católica prescribe cómo días de ayuno obligatorio el Miércoles de
Ceniza y el Viernes Santo, recomendando el ayuno personal. Cerca de la mitad de
los protestantes carecen de la tradición del ayuno. En iglesias evangélicas y
denominaciones para denominaciones, el ayuno se practica frecuentemente, muchos
de los cuales lo llevan a cabo con abstinencia total de alimentos durante un
lapso, ingiriendo solamente agua.3
El ayuno cristiano ha sido
utilizado de diversas maneras a través de la historia.
La enseñanza del ayuno es tomada
principalmente del ayuno realizado por
Jesucristo durante sus cuarenta
días en el desierto, después de haber sido bautizado4
En la iglesia primitiva el ayuno
era un periodo de recogimiento, normalmente constaba de dos días de ayuno
semanales, ya que era costumbre de los judíos devotos ayunar esa cantidad de
días, aunque para realizar una diferenciación observaban días distintos. Los
judíos observaban el ayuno los lunes y jueves, mientras que los cristianos los
miércoles y viernes.5
Cabe aclarar que los cristianos
primitivos no practicaron el ayuno como requisito religioso, pero sí ayunaban
en ocasiones especiales. Por ejemplo, cuando se apartó a Bernabé y Pablo para
la obra misional en Asia Menor, hubo ayuno y oración. También se ofrecieron oraciones
“con ayunos” cuando se nombraron cargos de responsabilidad. (Hechos de los
Apóstoles 13:2,3; 14:23.) Por consiguiente, los cristianos primitivos no
estaban bajo el mandato de ayunar, pero tampoco se les prohíbe hacerlo.
(Romanos 14:5, 6.)
Durante los primeros años del
siglo III los que se preparaban para ser bautizados realizaban un ayuno durante
el viernes y el sábado, y su bautismo tenía lugar en la madrugada del domingo,
de manera análoga a la resurrección de Jesús.6
Con la declaración del
cristianismo como religión oficial del estado por el Concilio de Nicea, el
ayuno comenzó a declinar en fuerza, debido a que en la Europa Occidental no era
bien visto el ayuno y la falta de sueño por el sólo hecho de castigar el
cuerpo. Esto cambió durante las cruzadas, cuenta la historia que Pedro
Bartolomé indicó a los cruzados que ayunaran por cinco días, y después atacaran
a sus enemigos.7
El ayuno debe realizarse con el
fin de buscar la presencia de Dios, alimentar el espíritu y así poder tener
control sobre la naturaleza carnal. (Gálatas 5:16-17) Es de aclarar que la
Biblia enseña que no es correcto ayunar con el fin de ser visto por otros y
aparentar ser espirituales. (Mateo 6:16)
Existen diversos tipos de ayuno
para los cristianos:
Ayuno absoluto. Abstención total de
alimentos, y líquidos, incluyendo el agua. Esto se realiza solo por un breve
lapso de tiempo.
Ayuno normal. Abstinencia de alimentos, sin
eliminar el agua, por un período
limitado.
Ayuno parcial. Consiste en una dieta
limitada, donde se dejan fuera todo tipo de postres y frutas, carnes, vinos y
"manjares", y se cambia por una dieta donde solo hay legumbres y
verduras. Ejemplo de esto es Daniel 10:2-3.
La oración es el esfuerzo de comunicarse
con Dios, un santo o un difunto, ya sea para ofrecer pleitesía, hacer una
petición o simplemente expresar los pensamientos y las emociones personales.
Dependiendo de la religión puede
ser una o varias de estas formas:
Una simple devoción o práctica piadosa (que
el orante puede hacer privada o públicamente, individual o colectivamente, en
una circunstancia especial o no).
Una parte de un rito que puede recitar el
oficiante o toda la comunidad (como la misa cristiana).
Una obligación en sí misma (como las
prescritas cinco veces al día por el islam).
Etimología
Del latín oratio, -onis.
Etimológicamente es una expresión oral, es decir, que debe expresarse con el
lenguaje. Aunque hay varios tipos de oración, y no siempre se expresa con un
lenguaje de palabras, tanto verbales como mentales, también puede expresarse a
través de gestos como los bailes. Las religiones suelen otorgar validez a la
mera repetición de unas palabras, que eleven el pensamiento hacia Dios, que pueden
ser incluso en un idioma que el orante no entiende (las llamadas lenguas
sagradas: sánscrito, hebreo, griego, latín, árabe...), o conceptos difíciles de
entender en el propio idioma. En la religiosidad popular, son las propias
palabras las que tienen el poder curativo o la eficacia religiosa de que se
trate.
Postura física durante la oración
Habitualmente se acompaña el acto
de la oración con alguna postura física, como el juntar las palmas de las
manos, o mostrar las manos abiertas; el abrir los brazos en cruz; el mirar
hacia el cielo, o bien bajar la mirada u ocultar el rostro entre las manos; el
realizar movimientos en forma de vaivén; y la postración, como manera de
humillarse en actitud ascética de conversión, como arrodillarse o inclinarse (en
griego proskinesis). Existe una postura, procedente del budismo zen, adoptada
por los monjes cristianos, llamada posición del diamante o postura carmelitana,
en la que el orante se pone de rodillas, sentado sobre los talones, con las
palmas de las manos abiertas, hacia arriba, sobre las rodillas, en actitud de
recogimiento y acogida. Para este fin incluso se han diseñado objetos
adecuados: los reclinatorios, en el catolicismo, y las alfombras de oración
(Alfombra de Baluch), en el islam y el cristianismo copto.
La oración musulmana requiere un
ritual de posturas muy codificado, que incluye la orientación hacia la Meca.
Ordinariamente, los judíos
contemporáneos no se inclinan. Sin embargo, se inclinaron al recitar rezos, y
en la actualidad mantienen un ritual de oración con vaivén frente al muro de
las lamentaciones y los textos sagrados. Los etíopes modernos tienen la costumbre
de la inclinación, probablemente debido a los judíos antiguos que emigraron a
Etiopía en días antiguos. La inclinación etíope es similar a la inclinación
japonesa.
La postura incómoda durante la
oración o su larga duración puede considerarse una forma ligera de
mortificación física, que en algunos casos se exterioriza en golpes; estos
pueden ser simplemente estilizados (por ejemplo, el llevarse el puño al pecho
al decir Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa, del confiteor
católico yo, pecador-), o excepcionalmente ser reales. No obstante, estas
auto-agresiones con fines religiosos no son tanto propias de la oración como de
alguna forma de penitencia.
Cristianismo
La oración en la tradición de la
Iglesia Católica
La oración es un diálogo entre
Dios y los hombres. El hombre ha sido creado para glorificar a Dios, a través
de la oración se le da Gloria, de lo cual el ser humano se beneficia
espiritualmente, recibiendo el Amor del Padre por la comunión con Jesucristo a
través del Espíritu Santo. Mediante la oración se contempla a Dios, se le
agradece, se le pide perdón y se le solicita su bendición y ayuda. Normalmente
para orar se necesita un clima de recogimiento, silencio y soledad interior
para facilitar la unión con Dios; aunque hay momentos de oración comunitaria
que lo dificultan, sin ser por ello menos efectiva. Al orar, cada uno puede
hacerlo con sus propias palabras o recurrir a algunas de las oraciones
tradicionales de la Iglesia.
Ave María
Padre Nuestro
Gloria Patri
Rosario
Acordaos
Salve
Magnificate
Liturgia de las horas
Otras oraciones
Jesús da un ejemplo de oración en
el Huerto de los Olivos, cuando al orar decía "Padre, que no se haga mi
voluntad, sino la tuya" (Mc 14, 36).
Una diferencia sustancial entre
catolicismo y protestantismo es el papel en las oraciones de la Virgen María y
los santos. En ese punto no hay diferencias entre el catolicismo y la Iglesia
Ortodoxa o las demás iglesias orientales.
El Concilio Vaticano II dice que
"desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con
Dios".
Tipos de Oración
Según la disposición del momento,
el estado de ánimo o la intención del orante, la oración puede ser de diversos
tipos:
Verbal (El Padre Nuestro durante la Santa Misa, por ejemplo.)
Mental (Por ejemplo, el Hesicasmo
o Hesiquia, en la que se repite mentalmente el nombre de Jesús para entrar en
comunión espiritual con Él.)
De Meditación (Como la lectio divina o
lectura espiritual, meditando la Biblia o textos de espiritualidad.)
De Contemplación (Por ejemplo, se puede
alcanzar en la Adoración del Santísimo Sacramento. Para alcanzar el estado de
contemplación se puede hacer uso de diferentes tipos de oración, generalmente
la meditación.)
De Petición
De Acción de Gracias
De Intercesión (Cuando oramos por las
necesidades de otras personas.)
De Ofrecimiento (Por ejemplo, ofreciendo a
Dios el trabajo de cada día, o un bien adquirido, etc.)
De Conversión (Cuando se produce un
sentimiento de arrepentimiento y hay una intención de vivir más acorde al
Evangelio.)
De Alabanza (Se suelen utilizar cantos y,
en algunos casos, bailes)
Estos
tipos de oración no tienen por qué ir separados, se pueden ejercitar a la vez,
o irse desencadenando uno detrás de otro; por ejemplo, mediante el rezo del
rosario se hace una oración verbal, se puede meditar cada misterio
correspondiente a una etapa de la vida de Jesucristo, y se puede hacer oración
de petición pidiendo la intercesión de la Virgen María.
La
Virgen María, Mediadora la Oración en
la
Sagrada Tradición considera a la Santísima Madre de Cristo, "mediadora de
toda gracia" y "omnipotencia suplicante" en la oración.
Cristo
se hace humano en el vientre de María, dando ella su consentimiento al ángel
enviado por Dios,” Hágasé en mí según Tu palabra" (Lc 1,38).
Su
condición de mediadora se manifiesta en la visita que María, encinta, hace a su
prima Isabel; su sola presencia, llevando en su vientre al Mesías, llena de
Espíritu
Santo
al hijo que Isabel espera (Juan Bautista).(Lc 1,41-45)
La
gracia de omnipotencia suplicante de María la instaura el mismo Jesús en las
bodas de Caná, al convertir el agua en vino, simplemente porque su Madre le
hizo presente la necesidad. Y ello ocurrió a pesar de que aún no era la hora de
empezar su misión.(Jn 2,1-11)
Además,
respetando el mandato de Jesús crucificado, los católicos la reconocen como
Madre de los hombres, sabiendo que por el mismo mandato, ella nos reconoce como
hijos y nos hermana con Jesús. (Jn 19,26-27)
La
Comunión de los Santos
El
concepto de Comunión de los Santos, al hacer partícipes a todos los cristianos
de los méritos de los santos, además de los de Cristo, para su propia
salvación, está expresado desde la tradición cristiana desde la perspectiva de
que la muerte no es el final de la vida, sino que es el inicio de la vida
eterna con Dios. El concepto de comunión de los santos es que, a través de
nuestra oración y de la oración de los que ya están en la presencia de Dios
(santos) podemos alabar a Dios. Este concepto de "comunión" implica
que la Iglesia del cielo (Iglesia triunfante) y la de la tierra (Iglesia
militante) están unidas a través de la oración. Permite una clase de culto a
los santos (culto de dulía) distinto al culto debido a Dios (culto de latría:
dárselo
a otra entidad se considera idolatría), pues no deben atribuirse a los santos
méritos divinos. Este culto incluye la veneración de sus reliquias e imágenes y
el rezo de oraciones.
La
oración en la tradición protestante
En
la tradición protestante es Jesús quien entrega las enseñanzas sobre cómo se
debe orar. Él dice: "Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a
ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas
para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.
Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a
tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en
secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los
gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas
palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan
antes de que se lo pidan." (Mateo 6:5-8) (Nueva Versión Internacional)
Es
por esto que, para los protestantes, la oración del Padre Nuestro es más bien
un esquema temático, y no una oración para recitar repetitivamente
En
la oración, todo se trata de creer. Jesús les dice a los cristianos:
"Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le
abre." (Mateo 7:7-8). Y luego continúa diciendo: "Si ustedes creen,
recibirán todo lo que pidan en oración." (Mateo 21:22) (Nueva Versión
Internacional).
El
protestantismo considera a Jesús como el único redentor e intercesor entre Dios
y los hombres. "Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—.
Nadie
llega al Padre sino por mí" (Juan 14:6). Él mismo les dice a sus
discípulos "Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le
pidan en mi nombre." (Juan 16:23). Y luego Juan les dice a los cristianos:
"Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si
alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él
es el sacrificio por el perdón de* nuestros pecados, y no sólo por los nuestros
sino por los de todo el mundo." (1 Juan 2:1-2) (Nueva Versión
Internacional).
Los
momentos de oración se efectúan de manera libre, de acuerdo al sentimiento que
posea cada persona en el momento, o de acuerdo al sentir del Espíritu Santo
como mencionan pentecostales y evangélicos. Esto ocurre incluso durante
reuniones masivas como la adoración dominical. Oración musulmana
La
oración obligatoria es el segundo de los cinco pilares del islam. Se denomina
nanas o salat (en castellano tradicionalmente azalá, en árabe صلاة
[ṣalāt], plegaria, acto de devoción). Se
practica cinco veces al día:
Fajr (desde el rayar del alba hasta el
instante anterior a la salida del sol)
Dohor (Poco después de medio día)
Assr (En la tarde)
Maghrib
(Después de la puesta del sol)(corresponde a ma'ariv en hebreo)
Isha (1,5 horas después de la puesta del sol
hasta la oración de Fajr.) Los musulmanes sufies tienen una peculiar forma de
alcanzar la contemplación, girando sobre ellos mismos a gran velocidad.
La
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones) La oración
es la comunicación reverente con Dios durante la cual la persona da gracias y
pide bendiciones. La oración se dirige e Nuestro Padre Celestial en el nombre
de Jesucristo y puede hacerse en voz alta y en silencio. Los pensamientos
también pueden ser una oración si se dirigen a Dios. La canción de los justos
es una oración para Dios (D y C 25:12).
La
finalidad de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, sino obtener para
nosotros y para otras personas las bendiciones que Dios esté dispuesto a
otorgarnos, pero que debemos solicitar a fin de recibirlas.
Para
ofrecer una oración, la persona debe seguir lo siguientes pasos:
1. Nuestro Padre Celestial
2. Te damos gracias por...
3. Te pedimos...
4. En el nombre de Jesucristo. Amén
Oraciones
judías
La
religión hebraica requiere oraciones al despertar, al anochecer, y después de
cada comida. También hay bendiciones especiales para todos los gozos, todas las
dichas, y todas las penas y dolores. La religión judía prohíbe estrictamente
oraciones para pedir que le pase algo malo a los otros, o para pedir que se
cambie el pasado. Algunas oraciones requieren la presencia de diez hombres
miembros de la comunidad.
Budismo
La
práctica de la meditación, fundamental para el budismo, puede ser considerada
en sí misma una forma de oración (y viceversa). Se han encontrado paralelismos
entre el monacato, las vías ascética y mística del cristianismo y algunas
religiones orientales.
Pueden
entenderse como formas de oración budista la repetición de mantras y el mero
hecho de dar vueltas a un molinillo de oración.
Fuentes
El
coran
La Biblia
El
talmu
Tradición
escrita de las principales religiones humanas
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